En conmemoración del primer aniversario de las “Revoluciones del jazmín” que se propagaron por el Norte de África hasta el Lejano Oriente, me he propuesto escribir este pequeño artículo en homenaje a todos aquellos que hicieron posible emocionarnos cuando ya lo dábamos todo por perdido.
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| Plaza Tahrir (Liberación). El Cairo. Egipto. |
Las pasadas y actuales manifestaciones se desarrollaron en primer lugar, en Túnez, para luego difundirse por toda la vertiente sur del Mediterráneo. Las manifestaciones y lúcidas concentraciones luchan por un objetivo común: reclamar legítimamente sus derechos como ciudadanos superando así cualquier muro o división individual.
Para vislumbrar todo de forma más ordenada y organizada estructuralmente lo mejor posible conviene empezar desde el principio sin adelantarnos a los acontecimientos.
Las distintas muestras de malestar, disconformidad y hartazgo social se empezaron a gestarse en distintos países norte-africanos; Túnez junto con Egipto y Libia son las piezas más visibles en la lucha por el cambio, pero, conviene señalar, que los primeros síntomas de malestar y hartazgo social empezaron a mostrarse en la región geográfica conocida como Al- Magreb que son, hablando en términos territoriales, Túnez, Argelia y Marruecos.
En estos dos últimos países en los últimos años y más concretamente en 2010 ha habido varias protestas y muestras de malestar social por la subida de los precios de alimentos básicos (aceite, harina, pan, azúcar… y productos de primera necesidad) pero esas manifestaciones en seguida fueron apaciguadas y apagadas por los distintos regímenes, bien por la fuerza o bien mediante subvenciones, que no resolverían la raíz del problema.
El problema a resolver y las indefinidas dificultades añadidas seguían formando parte del paisaje social con que los norte-africanos llevaban conviviendo durante años.
Pero, de repente, se dio un hecho humillante, denigrante, casi indescriptible.
Un buen día, un día cualquiera, un frutero (Mohammed Bouazzizi) se dirigió a su lugar de trabajo para ganarse su sustento y el de su familia. Pero nadie se imaginaba que ese día no iba a ser un día cualquiera, sino más bien, ha sido y será un día histórico para todos aquellos amantes de la justicia y la igualdad universal, no por el hecho en sí, sino por lo que simboliza y representa.
El frutero ganaba dignamente su sustento, pero los esbirros del régimen de Ben Alí decidieron provocar de forma injusta a la más que harta y disconforme sociedad tunecina, y así una policía decidió abofetear al frutero diplomado en ciencias informáticas al no querer cumplir con sus órdenes. Y de esta manera se encendió la pequeña chispa que hacia falta para crear todo un rompecabezas que empezó a gestarse cual efecto dominó. Y entonces se produjo lo que todos estaban hartos de tolerar en sus propios países, no había mas tolerancia a la humillación, ante la injusticia no cabía más paciencia, ya no era tolerable lo irracional, lo indescriptible e intolerable, ante todo aquello, el frutero, decidió marcharse de este mundo antes de tolerar o potenciar las injusticas del régimen, dirigiéndose, así a la “delegación comarcal” de su pequeño pueblo para que al grito de !!!ya no es tolerable más injusticias!!! inmolarse prendiéndose fuego.
En ese preciso instante, todos los ciudadanos alrededor de la pequeña aldea quedaron en estado de “shock”, estupefactos ante el hecho, y todos comprendieron a través de ese sutil mensaje lo que tenían que hacer o lo que tenían que haber hecho desde tiempos inmemoriales:
“Tomar el Timón de sus respectivos Destinos”.
Y de esta manera las calles de todo Túnez se llenaron día sí y día también para reclamar que las desigualdades y las injusticias sociales se marchen de su país, o lo que es lo mismo, exigiendo al “idiota” desalmado de Zine Abdine Ben Alí a marcharse. Días antes, Ben Alí tuvo una de sus brillantes y lucidas ideas como es habitual en él, decidió, nada más y nada menos, que visitar en el hospital al frutero cuando se encontraba tomando su último aliento de vida en la agonía de la muerte, y así, provocar aún más si cabe a la sociedad tunecina. Víctima y verdugo se encontraban frente a frente dispuestos los dos a saldar sus últimas cuentas.
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| Zaine Abdine Ben Alí visitando a Mohamed Bouazizi en el Hospital. |
En poco más de tres semanas el mundo asistió atónito, sorprendido, al acontecimiento de la década, en poco mas de tres semanas la sociedad tunecina acabó con un régimen de más de veintitrés años sin disparar ni un solo tiro, solamente a través de manifestaciones y concentraciones puramente pacíficas.
Ante este hecho asombroso, los regímenes y políticos de todo el mundo decidieron salvaguardar sus intereses mostrando la verdadera maquinaria represora, imponiendo sus normas en contra de la libre manifestación y expresión individual y social. Todos los países y regiones del mundo donde existía un régimen totalitario más o menos consolidado empezaron a mostrarse en estado de permanente alerta ante los evidentes hechos ocurridos en Túnez. Así, China, empezó una limpieza nacional contra toda reunión o murmullo que se escuchase en oposición al régimen totalitario de Pekín. Los guardias del régimen chino cuando interrogaban a alguien sospechoso no le preguntaban ni por su nombre, ni por su edad, ni por su domicilio o región en la cual vivía; le hacían una pregunta tan simple como absurda - ¿Conoce usted el Jazmín?-, y pobre de aquel que respondiera de forma afirmativa, en primer lugar desaparecía para luego no volver a ver ni rastro de su personalidad.
Rusia, China, Egipto, Siria, Irán, Corea del Norte… empezaron a utilizar sus armas más eficaces, eficientes y sofisticadas ante la tormenta que se avecinaba.
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| La foto de Samuel Aranda, ganadora del World Press Photo. |
En definitiva, las distintas sociedades europeas, americanas, africanas y asiáticas unieron sus voces casi al unísono para exigir todo aquello que les pertenecía como sociedad, y reclamar justicia, igualdad, dignidad, y derechos individuales como seres humanos que eran, y no como mercancía. De esta forma, todo el planeta se llenó de un mosaico multicolor en pro de las manifestaciones universales que exigían lo que les pertenecía por derecho. En España, surgió el 15-M, en EEUU el Ocupy Wall Street, en Rusia concentraciones en oposición al supuesto fraude electoral de Putin, hasta en Israel surgieron tímidas manifestaciones de Indignados.
Y lo que era imposible se convirtió, así, en posible, en poco más de seis semanas, cayeron dos de los totalitaristas más longevos del mundo, Zine Abdine Ben Alí y Muhammad Hosni El Sayed Mubarak, el segundo cayó cual copia calcada del primero, si no fuera por una diferencia elemental; a Hosni Mubarak no le dio tiempo a escapar.
Y pronto Libia, Bahréin, Yemen, Jordania, Siria, siguieron en el ejemplo.
http://worldatprotest.com/
Entonces, y solamente entonces, se empezaron a descubrir las pequeñas-grandes mentiras y vergüenzas en las que el mundo ha estado sumido en los últimos siglos. Occidente aprobó una resolución de la ONU que se puso en marcha por primera vez en la historia para “proteger” a la población civil de Libia. EEUU y sus Aliados (Reino Unido principalmente) decidieron abandonar a su suerte Afganistán e Irak. La hambrienta población somalí y del Cuerno de África se vieron obligados a abordar y secuestrar barcos de pesca para sobrevivir. Lo que antes era un Paraíso de repente se convierte en el nivel más alto de los Infiernos, Occidente (Norteamérica, Israel, Rusia, Europa, Australia…- o entiéndase por Occidente las corruptas entidades financieras- ) de repente se ve ahogado por la deuda debido a sus malas prácticas usureras y de interés bancario, y, así se desenmascara a la más absurda de las ilusiones mundanales, a la mayor mentira jamás contada, la mayor vulgarización más divulgada, al mayor engaño nunca antes perpetrado.
En fin, si tuviera que comparar a este maravilloso hecho histórico de las “Revoluciones del Jazmín” no lo compararía con ningún otro acontecimiento, porque hasta la Revolución Francesa (1789) y la Revolución Rusa (1917) se quedan ambas muy anticuadas si las comparamos con los acontecimientos de las “Revoluciones del Jazmín” que sucedieron en el pasado 2011, porque, recordemos, que esta Primavera árabe o despertar “Árabe” es la primera “Revolución” en la cuál se emplearon las Tecnologías modernas para convocar y llevar a cabo todas las manifestaciones en todas las distintas sociedades. Algunos de los historiadores y analistas han comparado las “Revoluciones” del Jazmín o Primavera “árabe” con la Caída del muro de Berlín (1989), pero en fin esta última comparativa es una cuestión de estudios y análisis sobre el tema. Si bien es verdad que con la caída de cuatro o cinco tiranos han caído con ellos muchos muros, como por ejemplo, ahora, los “Islamistas” pueden presentarse a las elecciones (y ganarlas) y “rezar” en las vías públicas sin ningún tipo de temor, porque los antiguos tiranos se mantenían en el poder en base a un argumento ¡¡¡“Que viene el Coco Islamista”!!! y los Occidentales les apoyaban en tal premisa.
Todos los Pueblos de todas las distintas culturas luchan por una serie de valores comunes a todas las culturas y épocas; y es la vivencia y convivencia de todos con todos, trabajando en un proyecto en beneficio de la Humanidad. Este proyecto contiene tres ingredientes esenciales: La Paz, La justicia y La igualdad.
